Si creías que el punk solo había sido un movimiento de rebeldía en Londres o Nueva York, prepárate para conocer una de las historias más insólitas de la música. La leyenda de N’Golengo, un cantante de punk africano que pasó de tocar en sótanos clandestinos a convertirse en ministro.

El nacimiento de un sonido: punk, percusión y revolución
A finales de los 90, un joven africano llamado Taobo N’Golengo decidió combatir al gobierno militar con música. Influenciado por bandas como The Clash y Black Flag, pero con una fuerte base de música tradicional africana, formó un grupo de punk que desafiaba al régimen con letras incendiarias y un sonido brutal.
Su propuesta era tan única como peligrosa: un grupo de punk sin batería, pero con un ejército de percusionistas. Su banda combinaba el frenesí del hardcore punk con ritmos africanos. Sus conciertos se convirtieron en actos de resistencia, realizados en garajes y casas ocupadas hasta que el gobierno empezó a notarlos. Pronto, la policía militar comenzó a reprimir estos eventos, con redadas violentas que terminaban en disturbios y enfrentamientos.
La popularidad de N’Golengo creció exponencialmente. N’Golengo no era solo un músico: se había convertido en un símbolo de lucha. Así nació su apodo: el Jesucristo africano del punk. |
|
|
|
|
Comentarios
Publicar un comentario